seguramente están muy actualizados, sino simplemente porque el ritmo vertiginoso en que se mueve
actualmente la ciencia, y la transformación del mundo como efecto de ésta, no tienen tregua y es
siempre exponencialmente superior al periodo que le precede. Habrás escuchado, no pocas veces, que
mientras vas pasando por la universidad, como dijera Ortega y Gasset, “es mucho más importante el
camino que la posada”. Esto es, importa más el aprendizaje de métodos y procedimientos con los
cuales logres obtener tus conocimientos y sepas resolver problemas, pues ello te permitirá actualizarte
permanentemente y desentenderte de ideas y conceptos que van perdiendo sentido y utilidad en la vida
real. Pero esto, de ninguna manera significa que debamos evitar o rechazar los contenidos, no existe
aprendizaje en el vacío, sino simplemente ser capaces de separarlos entre accesorios y fundamentales,
transitorios, es decir, temporales, y perdurables, o hasta incluso eternos. Semejante incorporación de
conceptos te capacita para darle sentido a tu vida, a tu profesión y a tu deambular por el mundo. Ahora
bien, ¿hay ideas o conceptos que hoy puedas juzgar como fundamentales y perdurables en el tiempo?
¿Te habremos preparado en ésta, tu Universidad, para que, estando a minutos de egresar de ésta, hoy
alcances a discernirlos con corrección y precisión, sin temor a equivocarte? Te propongo realizar un
breve ejercicio con el fin de evaluarlos y revisarlos.
Como bien recordarás, puesto que te lo fuimos repitiendo durante todos estos años de tu estancia
con nosotros, hay dos valores primordiales que apuntamos a desarrollar en nuestros alumnos:
excelencia y servicio. Si optaste por hacer tuyos estos dos valores, entonces habremos logrado nuestra
misión como institución: que obtengas una formación como persona sana, digna, y como profesional
competente y éticamente responsable. Luego, seguramente habrás internalizado una jerarquía propia
y autónoma de valores, en que los fuiste ordenando de un modo acorde con la formación que lograste
y las experiencias de vida que fuiste adquiriendo. Pero volvamos al saber.
Durante estos años te mostramos que nuestros principios se encuentran en las Sagradas
Escrituras y que ésta se constituye en el libro por excelencia, fuente de toda sabiduría, como así
también de toda clave posible de interpretación de la historia, del pasado, del presente y del futuro.
Allí leemos, sin lugar a equívocos ni cálculo de probabilidades, que Dios, en la persona de Cristo, su
Hijo, fue el Creador del Universo y por lo tanto también de nuestro mundo; que todo lo creó a partir
de la nada, por Su palabra. Que Dios es Uno y trino al mismo tiempo, que nos creó lisa y llanamente
porque así lo quiso, por amor. Que nos hizo a Su imagen y semejanza en dos versiones diferentes y
complementarias: varón y mujer, con la misión de poblar el mundo, reflejando Su imagen, ser felices
y hacer lo mismo con nuestros semejantes. También quisimos mostrarte que en la naturaleza hay
multitud de evidencias súper claras que corroboran el relato bíblico, y que aquellas ambigüedades que
encontramos en el mundo natural son producto de nuestra mente finita e imperfecta, y que a partir de
la caída en el pecado de nuestros más remotos antepasados, hace unos seis mil años, es incapaz de