sociales, experiencias interuniversitarias, entre otros. Además, proponer situaciones reales y
vivenciales para que el estudiante module su postura actitudinal hacia el cuidado del planeta.
El hecho de mantener conductas de prevención y conservación del ambiente, genera en el
estudiante una estrecha relación con la actitud, puesto que la misma forma parte de una
predisposición, basado en creencias y afectos de un hecho; si bien los resultados han demostrado
la relación entre la conservación, prevención e involucramiento de terceros a un objetivo común,
del mismo modo, se evidencia que la intención, mantiene influencia sobre la conducta (Lucie,
2010). Así mismo, la formación de la conciencia ecológica es fundamental para promover el
establecimiento de una cultura de conservación ambiental y en el largo plazo, consolidar la visión
del desarrollo sostenible, basado en valores que promuevan una conducta éticamente responsable.
En ese sentido, el trabajo de Sevillano & Olivos (2019) demuestra que el efecto de las normas
descriptivas a favor del medio ambiente puede generar conductas en beneficio de su cuidado y
mantenimiento apropiado. Por ello, la aplicación de normas en el entorno educativo superior resulta
positivo para un cambio conductual (Onokala, Banwo & Okeowo, 2018; Chakraborty et al., 2017);
aún más, se destaca que la psicología ecológica resulta beneficiosa para el aprendizaje de nuevos
modos de conductas a favor del ambiente.
Con respecto, a los factores referidos al cuidado del medioambiente, la dificultad en el
cuidado ambiental y la actuación de las personas como gestores del problema ambiental, se
encontraron índices correlacionales moderados con la conducta proambiental. Así mismo es
preciso señalar que las actitudes de los estudiantes hacia el ambiente, parten de una visión
constituida por elementos como el agua, el aire, las plantas, los animales y los árboles, que son
esenciales para la vida del ser humano y por ello deben ser conservados; sin embargo, este cuidado
trasciende la responsabilidad individual y valora la responsabilidad que se asume como sociedad
(Calixto, 2012; Medina et al., 2017). Dicha actitud puede estar relacionada de tal manera que está
intrínsecamente vinculada a formar parte de la estructura de la intención conductual (Olivera,
2020). Pero también, hay que tener en cuenta que la moral, la consciencia y la mentalidad, están
constituidas por una serie de valores que influyen en el comportamiento proambiental (Janmaimool
& Khajohnmanee, 2018); lo que provocaría una mayor atención sobre el cuidado de los animales,
el mantenimiento de la vegetación y la limpieza del ornato público por parte de la ciudadanía. En
este contexto, la moral puede ser un factor de enorme trascendencia para que el estudiante adopte
nuevos comportamientos, de tal modo que pueda asumir posiciones altruistas, de compromiso y de
Revista de Investigación Apuntes Universitarios
ISSN 2312-4253(impresa)
ISSN 2078-4015(en línea)