desempeño de sus funciones: servicios académicos, de investigación y extensión y
participación en el desarrollo nacional” (p. 54).
Entre las dimensiones de la responsabilidad social universitaria se encuentra:
impactos organizacionales; según Vallaeys (2009), la universidad genera impactos en la vida
de su comunidad (personal administrativo, docente y estudiantil), aspectos laborales y de
hábitos de vida cotidiana en el campus—¿cuáles son los valores que se viven a diario? ¿Cómo
se debe vivir en la universidad de forma ciudadana y responsable, en atención a la naturaleza,
a dignidad y bienestar de los miembros de la comunidad universitaria?—, y también la
contaminación en su entorno (residuos, deforestación, contaminación del aire con el
transporte de vehículos, etc.). De esta manera, la universidad deja “huellas” en las personas
que conviven en ella y, asimismo, posee “huellas ecológicas” e impactos cognitivos.
Según Vallaeys (2009), la universidad tiene un impacto sobre la sociedad y su
desarrollo económico, político, social y cultural mediante los vínculos que establecen con
actores externos. Estos impactos reconocen a las universidades como instituciones necesarias
en la sociedad. En este sentido, ella tiene un impacto directo sobre la formación de sus
profesionales y líderes, y también es un referente y un actor social—¿Qué papel se asume en
el desarrollo social, con quién y para qué? ¿Cómo puede la universidad, desde su función
específica y experiencia, participar en el progreso social? ¿Qué puede promover (o no) el
progreso; vincular (o no) la educación de los estudiantes con la realidad social externa; hacer
que el conocimiento esté disponible (o no) para todos?—. De esta manera, el entorno social
de la universidad reconoce su papel y su capacidad de ser un interlocutor válido para resolver
sus respectivos problemas.
Calidad de servicio administrativo
La calidad de servicio, según Zeithaml y Parasuraman (2004), representa exceder las
expectativas y necesidades requeridas en cada uno de los momentos por el cliente o usuario;
asimismo, está constituida por todos los atributos o propiedades que la conforman y le
otorgan valor. Así, Quispe (2012) precisó que la calidad del servicio es una cultura, una forma
de ser, vivir y actuar. La calidad existe cuando los miembros del departamento poseen,
comparten y practican una serie de valores, cuyo propósito es satisfacer las necesidades del
cliente. Por otro lado, la contribución de Mejías, et al. (2010) señala que “la calidad de
servicio es crucial para el éxito de la organización, ya que una alta calidad de servicio brinda
Revista de Investigación Apuntes Universitarios
ISSN 2312-4253(impresa)
ISSN 2078-4015(en línea)